El primer baño
31/05/2025
Performance
En el marco del programa «El rostre de medusa a l’escut d’Atenea«, comisariado por Marta Pol Rigau y con la colaboración del Museu d’Art de Tarragona.
En la antigua Roma, los nacimientos se llevaban a cabo en casa, con la ayuda de una matrona (o matrona), que se ocupaba de asistir a la partera. Todo este proceso nos permite fijarnos en distintos aspectos. En primer lugar, el escenario del nacimiento, que era una situación en la que la presencia femenina y el poder de la mujer era innegable. Aunque en la antigua cultura romana la mujer tuviera menos derechos que el hombre y tuviera que estar más escondida de la vida en sociedad que su compañero masculino, la gestación y los nacimientos, es decir, la creación de la vida humana, era quizás uno de los únicos contextos en los que los hombres realmente tenían poco que hacer (aunque algunos podían decidir sano). Otro aspecto es el de la consideración de la matrona como una figura poderosa con características supernaturales equivalentes a las de les Parces. Interpretarlas así es concebir los nacimientos como un ritual de paso importantísimo en el que todos los detalles de la vida están marcados. Otro punto en el que fijarnos es la presencia del agua como elemento involucrado en ese ritual. El agua se consideraba como un elemento que vincula al bebé a la vida terrenal. Quizá por eso dejamos un charco cuando rompamos aguas y comienza el parto. Para hablar de todo esto, «El primer baño» será una performance en la que una mujer nos explica cómo fue su parte siguiendo los procesos de la antigua cultura romana.
- El primer bany - Anna Dot - a cura de Marta Pol Rigau. Foto: Pol Aregall
- El primer bany - Anna Dot - a cura de Marta Pol Rigau. Foto: Pol Aregall
Agradecimientos infinitos: Marta Pol Rigau, Laia Estruch, Núria Serra, Joana Aregall, Maria Verdaguer y Olga Perez.

